Luz
El Kalanchoe es una planta que prospera en luz brillante e indirecta. Para mantener su crecimiento saludable y estimular su floración, colócala cerca de una ventana bien iluminada, preferiblemente orientada al este o al oeste. Aunque puede tolerar algo de luz solar directa, una exposición prolongada podría dañar sus hojas. Evita ubicarla en espacios con poca luz, ya que esto podría afectar su capacidad para florecer y su desarrollo general.
Riego
El riego del Kalanchoe en kokedama debe realizarse con moderación debido a la naturaleza suculenta de la planta. Cuando notes que la bola de musgo está seca al tacto, sumérgela en agua durante 5 a 10 minutos. Asegúrate de escurrir completamente el exceso de agua antes de volver a colocarla en su lugar. Generalmente, se recomienda regar cada 10-14 días, ajustando la frecuencia según la temperatura y la humedad ambiental. En invierno, reduce el riego, ya que la planta entra en un período de menor actividad.
Humedad
El Kalanchoe, al ser una planta suculenta, no requiere niveles altos de humedad ni pulverización. Su capacidad para almacenar agua en sus hojas hace que se adapte bien a ambientes interiores con niveles de humedad normales. Si el ambiente es muy seco debido a la calefacción en invierno, puedes colocar un recipiente con agua cerca de la kokedama para equilibrar el entorno, pero evita pulverizar directamente sus hojas, ya que esto no es necesario para su cuidado y podría dañarlas.